Deuda EE.UU. Obama y Congreso forjan acuerdo



WASHINGTON, D.C. .- El presidente Barack Obama anunció el domingo un acuerdo con líderes legislativos republicanos que evitará una posible suspensión de pagos de la nación. El acuerdo recortará mas de dos billones de dólares del gasto federal a lo largo de la década.
Un impago "habría tenido un efecto devastador en nuestra economía", manifestó Obama desde la Casa Blanca. El mandatario expresó su agradecimiento a los líderes de ambos partidos.
El presidente de la Cámara de Representantes John Boehner llamó a Obama por teléfono para decirle que se había alcanzado un acuerdo, dijeron funcionarios.
No se esperan votaciones sobre la medida en ninguna de las cámaras del Congreso sino hasta el lunes, a fin de darle a los demás legisladores tiempo para revisar el paquete.
Pero los líderes de ambas bancadas ya comenzaban a trabajar para asegurar suficientes votos.
En una conferencia telefónica con sus copartidarios, Boehner dijo que el acuerdo "no es el mejor pacto del mundo, pero muestra lo mucho que hemos cambiado los términos del debate en esta ciudad".
Obama dijo por su parte que, si se aprueba, el acuerdo reducirá el gasto del gobierno "a su nivel más bajo desde que Dwight Eisenhower era presidente" hace más de medio siglo.
Agregó que no habrá recortes iniciales a programas de beneficios como Seguridad Social y Medicare. Pero dijo que ambos podrían estar sobre la mesa junto con cambios en la ley fiscal como parte de futuros recortes.
El líder demócrata en el Senado Harry Reid fue el primero en anunciar el acuerdo.
"A veces parece que nuestros dos lados están en desacuerdo casi en todo", dijo. "Pero a fin de cuentas, personas razonables pudieron ponerse de acuerdo en esto: Estados Unidos no puede arriesgarse a suspender pagos de nuestra deuda, arriesgarse a un colapso financiero y a una depresión mundial".

Progresan las negociaciones
La Casa Blanca y los dirigentes republicanos en el Congreso han logrado progresos significativos en busca de un acuerdo de último minuto para que el país evite caer en mora la próxima semana, informaron funcionarios.

Los funcionarios dijeron que las dos partes discuten un plan para elevar el límite de deuda en unos 2,4 billones de dólares y realizar recortes al gasto por un monto un poco mayor, en dos etapas. La primera etapa -de aproximadamente un billón de dólares- entraría en vigor de inmediato y la segunda a finales del año.
El acuerdo que se discute requeriría también que el Congreso vote una enmienda a la Constitución, para lograr un presupuesto equilibrado. Sin embargo, la aprobación de esa medida no constituye un requisito.
Un funcionario dijo que ambas partes se pusieron de acuerdo en los conceptos generales, pero agregó que hay varios detalles que tienen resueltos y no es seguro que se llegue a un acuerdo final.
Sin embargo, la noticia de un avance trascendente después de semanas de estancamiento ofreció el más solido indicio hasta ahora de que se podría evitar un cese de pagos que devastaría la economía.
Los funcionarios hablaron a condición de permanecer anónimos, tras destacar la índole delicada de las discusiones.
De no aprobarse una legislación para el 2 de agosto, las autoridades dicen que el Tesoro se quedará sin dinero para pagar todas las cuentas del país. Advierten que un subsecuente cese de pagos podría ser catastrófico para la economía estadounidense y será una onda expansiva en todo el mundo.
El presidente busca que los legisladores aumenten en unos 2,4 billones a 14,3 billones el techo de endeudamiento, lo suficiente para que el Tesoro pueda operar hasta después de las elecciones de 2012. Barack Obama ha aceptado las demandas republicanas para que el déficit se reduzca -sin aumentar los impuestos- a cambio de un incremento en el límite de la deuda federal.
Sin embargo, el mandatario ha amenazado con vetar cualquier legislación que pueda requerir una segunda votación en el Congreso para que entre en vigor cualquier aumento adicional en la deuda.
Los primeros comentarios sobre el acuerdo alcanzado llegaron por parte del líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, y el líder de la Cámara de Representantes, John Boehner, el principal antagonista de Obama en una contenciosa nueva era de gobierno dividido.
Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en el Senado, dijo que "hay muchos elementos que tienen que ser resueltos y todavía hay mucho camino por recorrer".
"Estoy contento de ver este avance hacia la cooperación y el compromiso", agregó en declaraciones hechas el sábado por la noche desde el Capitolio. En tanto, la Casa Blanca no ha comentado al respecto.
Rechaza Cámara Baja proyecto del Senado


La Cámara de Representantes controlada por los republicanos rechazó el sábado un proyecto de ley demócrata que recortaría el gasto y evitaría una mora de pagos gubernamental.
La medida fue rechazada por 246 votos en contra y 173 a favor. Fue una votación precautoria en esta disputa política, ya que el Senado aún no vota sobre la medida presentada por Harry Reid, líder de la mayoría demócrata en la cámara alta.

La alternativa de éste incrementaría el límite de la deuda en 2,4 billones de dólares al tiempo que recortaría el gasto en 2,2 billones de dólares.

La votación podría preparar el terreno para negociaciones en torno a una solución negociada apenas tres días antes de la fecha en que el Tesoro ha dicho que ya no podrá pagar las facturas del gobierno.

Sin embargo, se consideraban escasas las posibilidades de que la idea del senador Reid - que fue rechazada en la Cámara de Representantes aún antes de haberse aprobado - pase la prueba de fuego en el Senado. En efecto, el jefe de la bancada republicana en esta cámara Mitch McConnell envio a Reid en la mañana del sábado un mensaje en el que rechazaba la iniciativa, firmado por 43 republicanos, tres más de los 40 necesarios para paralizar el debate.

Extraordinario partidismo

Anteriormente, una semana de extraordinario partidismo fue coronada por un despliegue de poder por parte de los demócratas del Senado, quienes rechazaron el viernes un proyecto que incrementaba el tope de deuda y reducía el gasto federal, el cual a duras penas había sido aprobado por los republicanos de la Cámara de Representantes horas antes.
La cámara baja planea emparejar las cosas y rechazar el sábado en votación una medida alternativa propuesta por el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid.
Se prevé que mientras tanto, demócratas, republicanos y la Casa Blanca sostengan negociaciones para tratar el alcanzar una solución negociada.
"Hay muy poco tiempo", dijo el sábado el presidente Barack Obama en su discurso semanal por radio e internet. "La hora de llegar a un arreglo en nombre del pueblo estadounidense ha llegado".

Reunión con Obama

A todo esto, el Presidente Barack Obama volvió a intervenir en las negociaciones, al entrevistarse durante una hora el sábado con los dos líderes demócratas en el Congreso.

Un portavoz de la Casa Blanca dijo que Obama recibiría más tarde una actualización por parte del líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y la dirigente de la minoría en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi.

La reunión tuvo lugar poco después del voto de rechazo a la propuesta de Reid por parte de la Cámara Baja.

Las negociaciones, sin embargo, tienen lugar principalmente en el Senado, donde Reid y sus contrapartes republicanos tratan de llegar a una solución de compromiso para, antes que otra cosa, extender la autoridad gubernamental durante al menos unos días para facilitar un acuerdo.

Senado rechaza medida de la Cámara Baja

La Cámara de Representantes, encabezada por los republicanos, había aprobado el viernes un proyecto de ley con la intención de evitar un catastrófico impago estadounidense, pero el plan fue a su vez rechazado en el Senado debido a un enconado conflicto sobre el tope de la deuda nacional.

La Casa Blanca y los demócratas en el Senado, donde son mayoría, instaron a un compromiso al considerar inapropiado el plan republicano. El líder demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo que sigue adelante con su propio proyecto de solución, pero éste también tiene pocas posibilidades de aprobación cuando llegue a la cámara baja.

Por su parte, el Senado, donde los demócratas gozan de la mayoría y el liderazgo, dio por tierra con la medida de la Cámara Baja.

Con la ayuda de varios republicanos, los senadores demócratas rechazaron la medida de la Cámara de Representantes por 59 a 41 el viernes a la noche, pocos minutos después de que llegara a votación. Uno de los motivos principales del rechazo fue que la medida de los republicanos en la cámara baja requiere una nueva votación por el aumento de la deuda a comienzos del año próximo, un año electoral.

La parálisis continúa pero algunos analistas consideran que se han dado ya las condiciones para que durante el fin de semana se prepare una legislación de compromiso entre las partes, antes del 2 de agosto, para prevenir una potencial moratoria de pagos de Estados Unidos en rubros tales como el pago de los intereses de los préstamos adeudados y los cheques del Seguro Social.

La medida aprobada en la Cámara Baja por 218 a 210 hubiese aumentado la capacidad del gobierno federal de tomar préstamos en 900,000 millones de dólares.

En efecto, las iniciativas republicana y demócrata podrían aportar la base de conversaciones discretas entre dirigentes legislativos en busca de un compromiso bipartidista que pueda obtener el visto bueno de las dos cámaras antes de que venza el martes el plazo para evitar una mora estadounidense.

El presidente de la Cámara Baja, el republicano John Boehner, modificó el viernes a toda prisa su propuesta agregándole un inciso que demandaba una enmienda constitucional para limitar la deuda gubernamental como condición para elevar la capacidad del gobierno para contratar préstamos. Boehner decidió hacerle cambios a su plan debido al rechazo de los miembros más conservadores de su partido, lo cual lo obligó a posponer en dos ocasiones la votación en los dos días anteriores.

La votación del martes en la cámara baja fue de 218-210, con casi la mayoría de los votos a favor de los republicanos y en contra de los demócratas. Unos treinta republicanos votaron en contra.

El plan aprobado comprende un pronto aumento de 900.000 millones de dólares en la capacidad de adquirir nuevos préstamos, la cual resulta esencial para que el gobierno pueda solventar todas sus cuentas, así como un recorte al gasto federal por 917.000 millones de dólares. El proyecto fue cambiado para que estipulase que, antes de cualquier incremento adicional en el tope de la deuda, el Congreso debe aprobar una enmienda a la Constitución para tener un presupuesto equilibrado, y luego enviarla a los estados para que la ratifiquen.

"Hoy tenemos la oportunidad de terminar con esta crisis sobre el límite de la deuda", dijo Boehner.

Pide la conciliación

En cambio, el presidente Barack Obama insistió en el llamado a la conciliación. "Casi se nos acabó el tiempo", manifestó la noche anterior en medio del agudo enfrentamiento político que ha exacerbado los temores de que el gobierno incurra el martes en una mora de pagos que sacuda los mercados financieros.

"El poder de superar esta coyuntura está en nuestras manos en un día en que hemos recibido el recordatorio de lo frágil que está la economía", dijo el presidente en la Casa Blanca.

El mandatario se refirió a la difusión de un informe nada alentador sobre el crecimiento económico y la incertidumbre generalizada debido a la parálisis en Washington para lograr el incremento del límite de la deuda gubernamental.

Obama ha advertido que la medida ideada por los republicanos fenecerá en el Senado.

La Casa Blanca y los legisladores demócratas advierten que la medida republicana causaría un cataclismo económico, pues obligaría a los legisladores a votar sobre otra ampliación del límite de deuda a comienzos del año próximo, en plena pugna política ante el comienzo de las campañas para las elecciones presidenciales y legislativas.

Funcionarios del gobierno federal han advertido que el Congreso debe alcanzar un acuerdo que implique concesiones mutuas a fin de elevar el techo de la deuda para el martes, o el gobierno se quedará sin efectivo para pagar sus deudas. Ello derivaría en una moratoria federal sin precedentes, que podría estremecer la economía con problemas tales como un incremento drástico en las tasas de interés.

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