Hoy Santiago de Chile me recordó al revolucionado París de otras épocas. Los estudiantes rebeldes no se amilanaron ante las amenazas del gobierno del presidente Sebastián Piñera y volvieron a salir a las calles.
Desde la madrugada comenzaron a encenderse fogatas en las principales avenidas de Santiago. Las fuerzas policiales, al tener que dispersarse para cubrir tantos focos de disturbios, pronto empezaron a ser sobrepasadas. Antes del mediodía Santiago ya era un gigantesco escenario de barricadas, escaramuzas estudiantiles y persecuciones policiales.
En medio del ajetreo apareció en la prensa la última y más confiable encuesta ciudadana que le otorgó al gobierno apenas un 26% de apoyo. Es decir, la nueva forma de administrar el país de la que tanto se ufanaron los dos partidos de derecha al comenzar el gobierno, sigue cayendo en picada ante la opinión pública. Se han disparado los índices de criminalidad, el desempleo no ha disminuido significativamente, la reconstrucción post terremoto no ha sido todo lo acelerada que se prometió, los combustibles y los alimentos se han encarecido como nunca antes y el conflicto estudiantil se le ha escapado reiteradamente de las manos al gobierno.
Pero el gobierno prefiere desgastar toda su popularidad antes que modificar un ápice el vergonzoso sistema educacional chileno, pues tendría que tocarles el bolsillo a los propios empresarios que ayudaron a elegirlo. Los sostenedores privados de la educación, que lucran y se enriquecen con el dinero que el Estado les da generosamente para que desarrollen sus proyectos educacionales, siguen y seguirán siendo la gran piedra de tope de cualquier intento de acercamiento entre los desencontrados chilenos.
Mientras tanto, el conflicto prosigue y se torna más violento. Las partes endurecen sus posturas, cientos de colegios y universidades se han vuelto ingobernables, las barricadas y los cacerolazos nocturnos se multiplican y los manifestantes y los policías no se dan respiro en las calles.
Jorge Muzam. Escritor chileno. Tiene 38 años y es Licenciado en Historia en la Universidad de Chile. Nació el 12 de junio de 1972 en San Fabián de Alico, un pueblo agrícola en el centro de Chile. Ha publicado ensayos históricos, artículos, relatos y poemas en diversas revistas chilenas. Tiene cuentos antologados en España y Argentina. Autor de tres novelas semiautobiográficas de circulación restringida: "Ameba", "El Espermio Errante"y "El tufo de los peces muertos". Se le ha descrito como un autor de pluma ácida, corrosiva, politizada y muy controversial. Hoy vive y alterna sus actividades académicas entre la ciudad-puerto de San Antonio y Santiago de Chile..
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