DALLAS, Texas.- Unas 30,000 personas atendieron la convocatoria del gobernador de Texas Rick Perry para asistir al evento ''La respuesta'', en el que imploraron por ayuda divina para una nación en crisis y presenciaron un maratón de discursos y música religiosa durante siete horas en el estadio Reliant de Houston.
Desde que se anunció este evento, había sido objeto de ataques y críticas, calificándose como un mitín extremista de grupos ultraconservadores y de fundamentalismo cristiano, pero sobre todo como un acto de precampaña y de oportunismo político del gobernante texano que evidencia su aspiración a la nominación presidencial por el partido republicano.
Durante la reunión, Perry usó un tono inusualmente enérgico en sus dos intervenciones, en las que enfatizó que ''Dios es la única esperanza para una nación en crisis'' y urgió a los asistentes a orar por ayuda en estos tiempos de dificultad económica.
El gobernante texano advirtió que con este acto se marcará el principio de la renovación de Estados Unidos, del cual ''la gente hablará de este día durante años'' y dijo que ''la agenda de Dios no es política sino que es una agenda de salvación'', en respuesta a las múltiples críticas que recibió sobre la naturaleza del evento al que convocó, a pesar de ocupar el mandato estatal.
Mientras afuera del estadio Reliant se llevaban a cabo varias protestas contra ''La respuesta'', los asistentes dentro del recinto escuchaban a grupos musicales religiosos y a oradores de diversos grupos de denominación cristiana. En el país, 2,900 iglesias se registraron para participar en el evento con transmisiones en vivo a sus feligreses.
Entre los oradores, el polémico pastor John Hagee de la iglesia Cornerstone de San Antonio, Texas, comparó a Rick Perry con Abraham Lincoln, rezó por Barack Obama y por la capital estadounidense para que ''se disipen ahí las nubes de caos y confusión''.
Hagee tiene una fama de extremista por sus activismo contra las iglesias católica y musulmana, así como su tendencia pro Israel. Mientras que el principal organizador del evento, la Asociación de la Familia Americana (AFA, del inglés) está identificado como un grupo de odio y ultraconservador.
La iniciativa de Perry sustentó que la jornada de oración y ayuno ''es la respuesta a la crisis nacional provocada por la deuda financiera, el terrorismo y los desastres naturales, ante la cual debe buscarse el apoyo de Dios para lograr una victoria histórica para el país''.
Para el Partido Demócrata de Texas el evento muestra que ''Rick Perry es un oportunista por definición, que nunca atiende las prioridades estatales y por eso sólo le ha hecho daño a Texas en sus 11 años de gobierno. Este último año se ha concentrado en hacer clara su ambición política de ser candidato presidencial, mientras mantiene abandonado al estado'', comentó la vocera, Kirsten Gray.
La representante demócrata descartó que el gobernador haya logrado ''el milagro de Texas'' con la supuesta creación de 250 mil empleos, porque ''si por Perry fuera también se acreditaría la salida del sol en el estado'', ya que su gobierno ha acumulado más fracasos graves como la pérdida de 44 mil trabajos, la acumulación de una deuda estatal de 15 mil millones de dólares, recortes presupuestales que afectan la educación y la vergüenza de que el estado tiene uno de los índices de deserción escolar más altos de Estados Unidos, comentó Gray.
Dijo que la real ambición de Rick Perry es ser presidente de Estados Unidos y sus intereses personales van a dividir a Texas a través del evento en Houston. Advirtió que varios de los grupos y líderes religiosos que apoyaron su iniciativa están calificados como grupos de odio, ultraconservadores e intolerantes a la diversidad sexual y racial.
Por su lado, el fundador de la organización Hispanos republicanos de Texas, Juan Hernández, descartó que la política y la religión se contraponen dado que en Estados Unidos siempre han estado mezclados. ''Ha habido una conexión permanente entre los dos ámbitos porque es una nación muy religiosa en donde los valores y reflexiones espirituales han contribuído a crear su influencia mundial''.
Quien fuera colaborador del expresidente mexicano Vicente Fox consideró el evento como ''muy positivo, ya que cualquier tipo de reunión que promueva que la nación se acerque más a los valores tradicionales históricos y a la reflexión espiritual, es positiva''.
Yo creo, continuó Hernández, que no se debe juzgar a los políticos por ser demasiado espirituales, en lugar de hacerlo por sus acciones inmorales o corruptas. Dijo estar consciente de las críticas de que el evento buscará votos para Rick Perry, pero rechazó esos ataques porque sólo se trata de un llamado para promover los valores espirituales en la nación, a fin de que ésta no sea afectada por la falta de ellos.
El reverendo Barry W. Lynn, a nombre de una coalición de organizaciones religiosas y comunitarias de Estados Unidos, dijo que "el problema con esta reunión no es que sólo es un evento religioso promovido por el gobierno, sino que promueve el evangelismo. Se quiere persuadir a la gente a adoptar creencias religiosas específicas y éste no es un trabajo que corresponda al gobierno''.
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