El oficial que habló en condición de anonimato porque la investigación seguía su curso, dijo que si la oficina del procurador del distrito del condado de Los Angeles presentaba una acusación contra los dos nuevos detenidos, Giovanni Ramírez, previamente identificado por la policía como el presunto culpable del atentado, fue exonerado.
Los arrestos constituyen un vuelco dramático en el caso. Desde que Ramírez fuera arrestado el 22 de mayo, la policía insistió repetidamente su seguridad de que tenían encerrada a la persona correcta, mientras que sus abogados defensores insistían con la misma vehemencia que las autoridades estaban equivocadas.
Uno de los abogados de Ramírez, José Romero, dijo que el equipo de defensa legal había descubiero importante evidencia en el caso.
"Como la policía jugaba a las escondidas, nosotros tuvimos que hacer nuestra propia investigación", dijo Romero. "Este es nuestro hallazgo. Giovanni era inocente desde el primer momento".
Otro abogado, Tony Brooklier, dijo a la estación de radio KNX-AM que aquel arresto fue un "error de buena fe, eso es todo".
El simpatizante de los Giants, Bryan Stow, fue golpeado hasta casi morir por dos personas fuera del estadio a la salida del primer partido de beisbol de la temporada, el 31 de marzo, entre el equipo de San Francisco y su archirival, los Dodgers de Los Angeles.
Stow, enfermero de 42 años y padre de dos hijos, volvió a San Francisco en mayo después de haber emergido del estado de coma y la situación "crítica" en la que se hallaba durante meses. En junio, sus médicos determinaron que su condición cambió a "seria".
Por su parte, Ramírez, que había ya sido convicto de serios crímenes, volvió a prisión por haber violado las condiciones de su libertad condicional, después de que la policía halló en la casa en la que se encontraba al momento de ser detenido un arma de fuego.
El caso atrajo la atención nacional y expuso el hecho de que los Dodgers recortaron los presupuestos de seguridad del estadio. Ramírez fue arrestado después de que su agente de libertad condicional dijera que los tatuajes en el cuello del sospechoso tal como lo describieron testigos eran como los que tenía Ramírez.
Inicialmente, fueron los detectives de la división noreste del Departamento de Policía de Los Angeles (LAPD) quienes llevaron a cabo la investigación que culminó con el arresto de Giovanni Ramírez. Sin embargo, después de que los fiscales se negaron a presentar una acusación judicial contra el sospechoso, la investigación pasó a manos de la prestigiosa división de hurtos y homicidios de este arma.
Los policías volvieron a entrevistar a todos los implicados en el caso, que hasta aquel momento se basaba en declaraciones oculares de los testigos y no en evidencia forense.
Pese a que jamás se presentaron cargos contra Ramírez, el jefe del LAPD Charlie Beck afirmó repetidas veces en público su seguridad de que el arresto era justificado y que tenían tras las rejas al principal responsable.
Un importante abogado de defensa dijo hoy que Ramírez podría presentar una demanda contra el departamento de policía por falso arresto. Por lo menos, dijo Mark Geragos, le deben una disculpa.
"No comprendo por qué estaban tan seguros de tener a la persona indicado", dijo Geragos. "Esto es un escándalo. Deberian haber cerrado sus bocas y haberse concentrado en la investigación".
Un mensaje dejado para Beck no había sido devuelto hasta la entrega de este informe.
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