BEIRUT .- Fuerzas de seguridad sirias con tanques y francotiradores mataron a más de 70 personas al incrementarse la represión contra las protestas antigubernamentales antes de que comience el mes sagrado del Ramadán, dijeron activistas y residentes. El presidente estadounidense Barack Obama calificó de "horripilantes" los reportes de muertes y afirmó que su colega sirio Bashar Assad es "completamente incapaz y renuente" a responder a las quejas legítimas del pueblo sirio.
La mayoría de los fallecimientos ocurrieron en una operación militar en la ciudad de Hama, epicentro de las protestas en Siria y en cuyas calles quedaron diseminados cadáveres muertos por disparos y obuses.
El Ramadán, que comienza el lunes, será una prueba crítica para el gobierno, que no ha podido aplastar la revuelta a pesar del uso de la fuerza letal desde marzo. Se prevé una intensificación de las protestas que exigen la salida de Assad durante el mes sagrado musulmán.
Las fuerzas de seguridad parecían estar en una carrera contra el tiempo: irrumpieron en ciudades y pequeñas aldeas en diversas partes del país en un intento por aplacar las protestas, las cuales comenzaron a mediados de marzo y han persistido con una resistencia notable.
Después de que cerraran hace un mes los principales caminos que conducen a Hama -reducto de la oposición_, soldados y tanques ingresaron en la ciudad el domingo antes del amanecer en una ofensiva coordinada. Los residentes gritaban "¡Dios es grande!" y lanzaban bombas incendiarias, piedras y palos a los tanques.
Los disparos y el estruendo de los obuses se escuchaban en toda la ciudad en medio de nubes de humo negro que flotaban sobre las azoteas.
"Es una matanza, quieren doblegar a Hama antes del mes del Ramadán", dijo un testigo que sólo se identificó con su primer nombre, Ahmed, en declaraciones a The Associated Press vía telefónica.
Pero la represalia del domingo solo provocó más llamadas al desafío.
Los Comités Locales de Coordinación, que ayudan a organizar las protestas antigubernamentales, exhortaron a la gente a salir a las calles y empezar una huelga general para protestar la matanza.
"Si no se quitan las cadenas ahora y salvan a su país ahora, serán gobernados como esclavos por años y décadas", afirmó el grupo.
Los hospitales no se daban abasto para atender a tantos heridos y solicitaban donadores de sangre, agregó. Es previsible un aumento en el número de muertos debido a los numerosos heridos.
Los Comités Locales de Coordinación identificaron a 49 civiles muertos en Hama, y la cifra fue confirmada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, que citó a funcionarios de los hospitales en Hama.
Dos personas más murieron en las afueras de la ciudad; 13 fallecieron en al-Joura en la ciudad oriental de Deir el-Zour; y cuatro fueron ejecutados cuando se aventuraron a comprar pan en el poblado de al-Hirak en la provincia sureña de Daraa.
El secretario británico del Exterior, William Hague, consideró "aún más impactantes " los ataques contra civiles en la víspera del Ramadán, y dijo que al parecer forman parte de una "acción coordinada para disuadir a los sirios" con el fin de que no protesten durante este periodo santo musulmán.
"El presidente Bashar se equivoca si cree que la opresión y la fuerza militar pondrán fin a la crisis en su país. Debería poner fin a la agresión contra su propio pueblo", expresó Hague en Londres.
Durante el Ramadán, los musulmanes acuden en grandes números a las mezquitas, donde efectúan oraciones especiales en la noche después de poner fin a un ayuno diario que dura del amanecer al atardecer.
Las congregaciones podrían devenir en una intensificación de las protestas en diversas partes del país, predominantemente suní.
Se reportaron otras redadas en el sur de Siria y en los suburbios de Damasco. En el vecindario de al-Joura, en la ciudad oriental de Deir el-Zour, tanques abrieron fuego con ametralladoras y mataron al menos a siete personas, dijeron activistas.
La mayoría de los fallecimientos ocurrieron en una operación militar en la ciudad de Hama, epicentro de las protestas en Siria y en cuyas calles quedaron diseminados cadáveres muertos por disparos y obuses.
El Ramadán, que comienza el lunes, será una prueba crítica para el gobierno, que no ha podido aplastar la revuelta a pesar del uso de la fuerza letal desde marzo. Se prevé una intensificación de las protestas que exigen la salida de Assad durante el mes sagrado musulmán.
Las fuerzas de seguridad parecían estar en una carrera contra el tiempo: irrumpieron en ciudades y pequeñas aldeas en diversas partes del país en un intento por aplacar las protestas, las cuales comenzaron a mediados de marzo y han persistido con una resistencia notable.
Después de que cerraran hace un mes los principales caminos que conducen a Hama -reducto de la oposición_, soldados y tanques ingresaron en la ciudad el domingo antes del amanecer en una ofensiva coordinada. Los residentes gritaban "¡Dios es grande!" y lanzaban bombas incendiarias, piedras y palos a los tanques.
Los disparos y el estruendo de los obuses se escuchaban en toda la ciudad en medio de nubes de humo negro que flotaban sobre las azoteas.
"Es una matanza, quieren doblegar a Hama antes del mes del Ramadán", dijo un testigo que sólo se identificó con su primer nombre, Ahmed, en declaraciones a The Associated Press vía telefónica.
Pero la represalia del domingo solo provocó más llamadas al desafío.
Los Comités Locales de Coordinación, que ayudan a organizar las protestas antigubernamentales, exhortaron a la gente a salir a las calles y empezar una huelga general para protestar la matanza.
"Si no se quitan las cadenas ahora y salvan a su país ahora, serán gobernados como esclavos por años y décadas", afirmó el grupo.
Los hospitales no se daban abasto para atender a tantos heridos y solicitaban donadores de sangre, agregó. Es previsible un aumento en el número de muertos debido a los numerosos heridos.
Los Comités Locales de Coordinación identificaron a 49 civiles muertos en Hama, y la cifra fue confirmada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, que citó a funcionarios de los hospitales en Hama.
Dos personas más murieron en las afueras de la ciudad; 13 fallecieron en al-Joura en la ciudad oriental de Deir el-Zour; y cuatro fueron ejecutados cuando se aventuraron a comprar pan en el poblado de al-Hirak en la provincia sureña de Daraa.
El secretario británico del Exterior, William Hague, consideró "aún más impactantes " los ataques contra civiles en la víspera del Ramadán, y dijo que al parecer forman parte de una "acción coordinada para disuadir a los sirios" con el fin de que no protesten durante este periodo santo musulmán.
"El presidente Bashar se equivoca si cree que la opresión y la fuerza militar pondrán fin a la crisis en su país. Debería poner fin a la agresión contra su propio pueblo", expresó Hague en Londres.
Durante el Ramadán, los musulmanes acuden en grandes números a las mezquitas, donde efectúan oraciones especiales en la noche después de poner fin a un ayuno diario que dura del amanecer al atardecer.
Las congregaciones podrían devenir en una intensificación de las protestas en diversas partes del país, predominantemente suní.
Se reportaron otras redadas en el sur de Siria y en los suburbios de Damasco. En el vecindario de al-Joura, en la ciudad oriental de Deir el-Zour, tanques abrieron fuego con ametralladoras y mataron al menos a siete personas, dijeron activistas.
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