Las consignas "¡Ni un voto al PRI!" y "¡Fuera Peña!" son las más repetidas; esto apenas inicia, advierten estudiantes
CIUDAD DE MÉXICO.- En la primera megamarcha convocada contra un candidato presidencial en el País, a través de las redes sociales, miles de jóvenes y personas de diferente estatus social enfocaron sus baterías contra un solo objetivo: Enrique Peña Nieto.
Desde las nueve empezaron a llegar al Zócalo. Un chavo del Estado de México dice que en Tecámac, su municipio, los priistas están pagando mil pesos por voto y que su padre fue golpeado por volantear en su contra.
Alberto, también vecino del Estado de México, dice que "ni madres" que va a votar por Peña. "Tremendos baches, vieran como están.
Qué voy a votar por él", anticipa.
En torno al asta van congregándose cada vez más jóvenes. Unos empiezan a dictar medidas de seguridad: en caso de provocaciones no responder y sentarse en el suelo para evidenciar a los que agreden.
Repiten las instrucciones varias veces porque los que venden sombreros "mágicos" y películas clonadas pegan de gritos en torno suyo.
"Nuestro voto no vale una despensa", grita un apasionado orador. Otro dice que hay que participar en los comicios yendo a cada casilla y tomando fotos de todo lo anómalo que se descubra.
David Silva, trabajador de Mexicana, aprovecha la presencia del grupo para hablar de la problemática de la aerolínea. Los chavos le aplauden.
Ya hay una multitud importante, los del SME se mantienen a lo lejos lanzando sonoros cuetes al aire. También llega el vocero del CEN del PAN, Raúl Reinoso, y junto a él a otros despliegan la manta: "Las raterías del PRI y Peña Nieto llevarían a México al despeñadero".
Dicen venir "como ciudadanos", aún así no representan una cantidad importante de los asistentes, la mayoría son estudiantes de la UNAM, el Politécnico, la Ibero, la UAM y otras instituciones, así como familias.
Del PRD ni sus luces. Quizá la orden de no intromisión fue clara.
Contrario a los acarreados albiazules, los chavos terminan sus mantas y cartulinas en la plancha del Zócalo con frases ingeniosas: "Peña Nieto: los que leemos no te queremos", "EPN: la tele es tuya, las calles nuestras".
Otras de plano son bastante soeces contra el aspirante presidencial y, muchas más, contra Televisa.
Algunos meten cuanta causa se les viene a la mente: Atenco, Campo Algodonero, feminicidios en el Estado de México.
En un santiamén, el puñado de asistentes se convierte en miles y cubre casi la totalidad de la plaza.
Tras ponerse de acuerdo cómo avanzar, la muchedumbre empieza su camino hacia las 12:30 por Madero, luego por el Eje Central, enseguida Hidalgo y, más adelante, Reforma.
La meta es El Ángel.
El contingente provoca simpatía. Desde los carros detenidos a la espera de su paso, la gente los apoya con su claxon, gritos y brazos en lo alto.
Un grupo de charros que desfila a caballo en sentido contrario a la marcha se detiene y hace que sus animales hagan cabriolas.
'¡Son puros muchachos!'
En tanto, de los camiones de carga resoplan potentes cláxones también en apoyo. Los asistentes les gritan: "¡Únanse!". Muchos lo hacen; otros ya llevaban rato esperando en los distintos cruceros para integrarse a la masa.
"¡Son puros muchachos!", le dice sorprendido un señor a la mujer que lo acompaña.
"Ay, qué bueno. El Peña ése no me da confianza", dice la mujer y les grita: "No dejen que regrese el PRI!".
Las consignas "¡Ni un voto al PRI!" y "¡Fuera Peña!" son las más repetidas entre estos jóvenes que no se conocen entre sí.
Llegan en pequeños grupos de varias partes y no saben qué va a pasar en El Ángel.
Éste es el momento en que Paseo de la Reforma está cubierto de manifestaciones. Son ya las 2:00 de la tarde y, las cifras oficiales rondan los 46 mil asistentes, la gran mayoría en edad de votar.
"¡La prole te saluda, Peñaaa!", grita uno y todos silban una mentada de madre al sol del DF. "¡La revolución jamás será televisada!", agregan otros.
Los jóvenes, como en alfombra kilométrica y colorida, van rodeando El Ángel. "¡Hay que estudiar, el que no estudie, como Peña va a acabar!".
Las vivas hacia la Ibero, origen del rechazo hacia Peña son constantes, lo mismo que la de "¡Poli-UNAM juntos vencerán!".
Desde El Ángel, Paseo de la Reforma se ve lleno. Los chavos corean: "¡Esta es la encuesta!" y "¡Aún estamos a tiempo: fuera Peña Nieto!".
Contagian su emoción cuando se ponen a saltar y hacen vibrar el piso: "¡El que no brinque es Peña!", advierten.
Una pantalla gigante transmite imágenes de la vituperada Televisa, sobre Tlatelolco y Atenco. Los operadores dicen que no saben quién les pagó.
Unos dicen que fue el PAN, que por más que intenta capitalizar el evento, no luce en la marcha.
Los chavos están contentos. En general, dicen, todo ha salido mejor de lo que pensaron.
"Esto es el inicio, nada más el inicio", advierte Pablo Flores, estudiante de la UNAM. Sus compañeros celebran la frase.
No hay líderes visibles ni oradores. Todo es cántico y consigna. Pasan los minutos, los chavos se miran unos a otros y Juan Carlos, de la UNAM, le pregunta a un amigo de la Ibero qué sigue.
"¿Cómo que qué, güey? ¡No votes!", dice y se carcajea.
El muchacho piensa un poco y no despega la mirada de sus compañeros de medicina.
"No, sí voy a votar", responde Juan Carlos.
"¡Por Peña no!", grita su amigo.
"¡Claro que no!", responde ofendido.
Hacia la tarde, El Ángel brilla igual que todos los días, las quinceañeras posan en sus escalinatas y los estudiantes se reúnen en cafés y restaurantes cercanos.
Excitados, celebran su éxito. También, discuten sus tareas, sus trabajos en equipo.
Vuelven a su normalidad. Por ahora.
(Daniel de la Fuente /Agencia Reforma)
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