Hora de rezar
Estacioné mi carro en un parqueadero mientras iba a comprar y cuando volví me encontré a todo un grupo de personas rezando detrás de mi carro, de manera que no podía moverlo. Esperé y esperé hasta que finalmente terminaron, la hora de rezar acabó. Ya podía sacar mi carro pero, oh sorpresa, el agente del estacionamiento vino a recodarme que solo podía tener estacionado el carro por 5 minutos y adivinen qué, gracias a los rezos me tomé más tiempo en el parqueadero, Oh que pesar.
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